jueves, 30 de mayo de 2013

DEFINICION: Son los nombres con los que se denomina a la acción política o social expresada a través de una amplia variedad de demandas; peticiones, manifiestos públicos, actos de apoyo o repudio y manifestaciones que alcanzan el carácter de conflictos sociales de diferente ideología y variada magnitud, protagonizados por estudiantes y en cierta forma también con apoyo moral de profesores o políticos con fines a largo plazo en contra de un gobierno absolutista y opresor.


Estos movimientos son una forma eficaz y de gran alcance, que poseen los estudiantes para expresar sus ideas e inconformidades, al congregarse en actos públicos con gran número de personas, algunos¨mítines suelen pasar del pacifismo a la violencia.







La historia del movimiento estudiantil se divide en seis grandes periodos: "Los primeros pasos (1909-1929)", "Visibilidad oscilante (1930-1945)", "Resistencia democrática (1946-1957)", "Radicalización contra bipartidismo (1958-1974)", "Hacia el movimiento popular (1975-1990)" y "Crisis y recomposición (1991-2013)".


PRIMEROS PASOS (1909-1929)
Según la historiadora Diana Soto, los estudiantes neogranadinos de los colegios mayores o protouniversidades de finales del siglo XVIII mostraron inconformidad con la enseñanza escolástica, seguramente por los nuevos vientos ilustrados que impulsaba la Expedición Botánica. Pero es hasta los años veinte del siglo pasado cuando aparece el estudiantado como actor social diferenciado. El sistema educativo era estrecho y había una baja tasa de alfabetismo que oscilaba entre el 17 y el 33% según los censos de la época, en cuanto a la educación superior, la oferta era aún más limitada. La tarea reformista fue liderada por la Federación Nacional de Estudiantes creada en 1922, que celebró cuatro congresos en ese decenio: Medellín (1922), Bogotá (1924), Ibagué (1928) y Santa Marta (1930). Por esta razón, la activa presencia del estudiantado en las jornadas de junio de 1929 contra un grupo corrupto llamado la "rosca" incrustado en las administraciones bogotana y nacional, terminó siendo cooptada por "notables" liberales y por algunos conservadores. En esa coyuntura se presentó el primer muerto estudiantil, Gonzalo Bravo Pérez, alumno de la Universidad Nacional.

Visibilidad oscilante (1930-1945)
La anterior situación de cooptación del movimiento estudiantil tendió a proyectarse con el ascenso liberal al gobierno en 1930. la Federación dejó de figurar públicamente y su último congreso nacional se realizó en diciembre de 1930 En ese contexto se presenta la reforma educativa promovida por López, que buscaba impulsar una instrucción más laica y técnica, reforzando la autonomía universitaria. Ello se plasmó en la Ley (68) Orgánica de la Universidad Nacional, promulgada en 1935, que no sólo consagró la autonomía y la cátedra libre sino que reorganizó a la Universidad en torno a Facultades, creó instancias colegiadas de gobierno universitario y le reiteró la misión de estar al servicio de la Nación.

Resistencia democrática (1946-1957)

En efecto, cuando en el mundo se celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial e iniciaba la Guerra Fría, que en América Latina significó el alineamiento con Estados Unidos, en Colombia se aumentó la tensión entre los partidos tra- dicionales por el ascenso del conservador Mariano Ospina al poder en 1946.
En una mirada de conjunto sobre las protestas estudiantiles de estos doce años, que se plasma en el Gráfico , hubo 43 registros en una trayectoria que muestra.En una mirada de conjunto sobre las protestas estudiantiles de estos doce años, que se plasma en el Gráfico 114, hubo 43 registros en una trayectoria que muestra.


Radicalización contra bipartidismo (1958-1974)
La radicalización del movimiento estudiantil colombiano desde finales de los años
cincuenta estuvo en consonancia con procesos similares en el plano global. En el plano nacional, además del impacto de los procesos globales y continen- tales, se dio un pacto entre los dos partidos tradicionales conocido como el Frente Nacional (1958-1974) en el que se dividieron por mitad las instancias de represen- tación, mientras se alternaban la presidencia por cuatro periodos. Ello significó no sólo la exclusión de otros partidos, especialmente de izquierda, sino el anquilosa- miento de la política en aras de la repartición burocrática del Estado. Por si fuera poco, el mismo sistema educativo, en especial del nivel superior, aunque se expandió, no lo hizo a ritmo suficiente: de menos de 20 mil estudian- tes en 1958 se pasó a 140 mil en 1974 (LOS EGRASADOS NO TENIAN POSIBILIDADES DE EMPLEO) Mientras tanto, creció el número de las privadas, con lo que la balanza se fue inclinando a su favor al pasar de albergar el 27% de la población estudiantil en 1945 al 45% en 1970.

Hacia el movimiento popular (1975-1990)

En los años que siguen al Frente Nacional, en los que sólo formalmente se desmontó 
el pacto bipartidista, el movimiento estudiantil buscó encontrarse con el país del que se había distanciado por la radicalización de los años previos. Pero pronto el gobierno de López mostró su verdadero rostro represivo al perse- guir a estudiantes y profesores, y levantar mallas para aislar los centros docentes de su entorno (Ocampo, 1980: 74-81). Paralelamente, disminuyó el presupuesto de las universidades públicas a favor de concentrar recursos en la educación primaria, según dictados del Banco Mundial, como ya señalábamos. El tema de los recortes presupuestales y el incremento de matrículas sugeridos en el Plan de Desarrollo de López comenzaron a ser prioritarios en el movimiento estudiantil a partir de este momento.


Crisis y recomposición (1991-2011)
El contexto mundial de fines del siglo XX y comienzos del XXI está marcado por
la caída del socialismo "realmente construido", en especial la URSS y su área de influencia, y el aparente triunfo de la globalización neoliberal. Ello significó el de- bilitamiento del horizonte utópico para las izquierdas y los movimientos sociales, que de todas formas siguen resistiendo al neoliberalismo, especialmente desde fines de los años noventa. Colombia aparentemente va en contravía de esta tendencia, pues los últimos gobiernos, especialmente el de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), fueron de marca- da tendencia neoliberal con grandes dosis de autoritarismo. El actual presidente, Juan Manuel Santos (2010-2014), continúa esas orientaciones aunque es menos polarizador que su antecesor y ha dado algunos pasos positivos en cuanto a la restitución de tierras y al reconocimiento de las víctimas del conflicto armado.

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